José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

En su momento en 2008, cuando acordé con Jesús Asensio, creador de Arajudo, que, cada quince días en su página, publicaría un artículo relacionado con el Judo, antes de subir el primero, me pareció oportuno escribir un prólogo donde de alguna forma presentarme ante sus lectores, decir quién era, y los motivos que me incitaban a escribir.

Los que, por entonces seguíais Arajudo, posiblemente lo leyerais, aunque ahora no os acordéis. Como ya va a hacer 16 años de ese momento, y muchos de los que seguis ahora los artículos que envío y sube Alfonso Escobar, desde 2014, en la página de la Española, no conocíais su existencia, no entrabais en su página, algunos porque a lo mejor ni estabais, me parece apropiado a modo de artículo repetir este prólogo con el que comencé mi andadura como escritor judístico.

Ahí va

Prólogo (esto fue en junio de 2008)
En primer lugar, agradecer a Jesús Asensio, artícife de la pagina de Arajudo la oportunidad que me ofrece de expresar mis reflexiones ante un público tan específico como es el de Arajudo.

Decir ante todo que me gustaría que nadie se ofenda, ni por lo que diga, ni por lo que deje de decir. Imagino que muchos os sentiréis en ocasiones identificados con lo que escribo, otros nunca o con nada. Es así como tiene que ser. Para gustos están los colores. Son apuntes y reflexiones y son “mis reflexiones” y que de alguna manera necesito compartir. Y porque soy consciente de que no soy “poseedor de la verdad absoluta” se puede no estar de acuerdo, pero son mis ideas, agradezco a quienes las lean y si os sirven a alguno al menos para reflexionar…

A continuación, explicar un poco el porqué de esta “serie”, porque espero que sea una serie de reflexiones, y que aparezcan con cierta periodicidad.
Mi vida, como también la de muchos de vosotros, es el Judo. He tenido la suerte de poder dedicarme a él en sus múltiples facetas, de seguir dedicándome a él y en el día a día vivo distintas situaciones que me gusta analizar y que escribo para ordenar mis ideas, he publicado ya dos libros (por supuesto de Judo), el tercero está prácticamente dentro del ordenador, no encuentro el momento de darlo por terminado porque se me acabaría la excusa de escribir y como dice Julia Cameron, autora de El derecho y el placer de escribir: “un escritor se realiza cuando su obra se publica y se lee” y como mi tercera obra va a llevar su tiempo, el poder “publicar” en Arajudo mis reflexiones va a hacer que durante esta etapa de incubación de lo que espero que sea un libro, pueda “matar” el gusanillo y “realizarme como escritor”.

Presentación
Entiendo que antes de que leáis “mis apuntes” tenéis derecho a saber quien soy y por ello quiero presentarme “judisticamente”. Comencé a practicar Judo en 1969, a la edad de quince años, en aquellos tiempos no se solía empezar mucho antes. Obtuve el 1º dan en 1974, a los veinte, es decir que el año que viene hará cuarenta años desde que me puse un judogi por primera vez, que llevo ya 34 años de cinto negro y treinta y cinco dando clases, pues mis primeros escarceos como “profesor” fueron cuando aun era cinturón marrón.

Está claro que en España hay profesores mayores que yo. Con mucha más sabiduría de Judo y más experiencia que yo. Y también profesores más jóvenes que seguro me dan cien vueltas sobretodo en energía, juventud, en sabiduría y también con sus experiencias. Y también es seguro que todos reflexionáis sobre vuestras vivencias de Judo. Quizá no todos sentís la necesidad de escribirlas como me pasa a mí, pero seguro que todos en un momento determinado hablando con un amigo, con un compañero de Judo, os surgen las mismas dudas, reflexiones las habláis, comentáis e intentáis aclarar vuestras ideas.

Llegado a este punto no puedo menos que recordar la revista de Judo, los más veteranos también se acordarán, que en la década de los 70 publicaba la Federación Española, donde nada más abrirla había un artículo del profesor Roland Burger entonces 5º dan y que titulaba “A propósito de…” y que en cada revista se dedicaba a analizar un aspecto del Judo. Roland Burger, francés de nacimiento viajó a Barcelona en 1958 con motivo de participar en el primer campeonato de Europa que se celebró en España. Después de este campeonato se le contrató y fue a Madrid donde como director técnico nacional dirigió la Federación y se puede decir que sentó las bases del Judo español.

Decir que, para mí, entonces principiante de Judo, el artículo de Roland era lo que más valía de la revista, (sin desmerecer el resto del contenido), y que de alguna manera esperaba, leía, reflexionaba y aprendía del entonces dirigente de la Federación.
Roland tendría sus partidarios y sus detractores, pero nadie podrá negar su fuerte personalidad, conocimientos y capacidad de organización. No quiero que nadie pueda pensar que quiero yo seguir sus pasos y hacer con mis artículos del Burger actual. Su filosofía como judoka, capacidad como dirigente, como organizador, como profesor y como maestro, suficientemente demostrada, entiendo que estaba a otro nivel. No me importaría en absoluto llegar a tener una personalidad tan fuerte como la suya, ni unas ideas tan claras como las que él tenía.
Recuerdo que sus artículos me hacían pensar y seguro ayudaron a enfocar mi vida por estos derroteros.

Algunas pinceladas de mi vida en la faceta de Judo
He tenido:
Además de otras muchas suertes…
La suerte de que mi madre me apuntara a practicar Judo.
La suerte de encontrarme con un profesor de verdad que hizo que me enamorara del Judo.
La suerte de poder en su momento decidir dedicarme al Judo.
La suerte de encontrar un amigo de Judo que se convertiría en mi socio.
La suerte de poder “montar” un club y de llevar treinta y un años en él.
La suerte de haber tenido alumnos desde el principio y de haber aprendido con ellos a ser profesor de Judo.
La suerte de poder hacer cursos conocer muchos profesores y aprender de todos ellos.
La suerte de que de entre mis clases salieran competidores y con ellos aprendiese a ser entrenador.
La suerte de tener competidores fuertes que me han exigido aprender a trabajar a otro nivel. (El buen competidor hace al buen entrenador).
La suerte de poder viajar a Japón y vivir el Judo allí.
La suerte de recuperarme después de un grave accidente de tráfico, tener una nueva oportunidad y una nueva visión de la vida.
La suerte de formar parte del equipo técnico de la Federación Española como entrenador nacional júnior, lo que me posibilita viajar, trabajar, y estar en contacto con el Judo actual de alto nivel.
La suerte de vivir esta segunda fase compartiendo experiencias y recibiendo el cariño de mi familia, de mis amigos, de “mis niños” en el club, de “mis niños” del equipo nacional, entrenadores, profesores, federativos…
Y ahora la suerte de poder publicar mis inquietudes en esta página de Arajudo.

Y también la posibilidad de pedir disculpas si os he aburrido con todo esto, pero entiendo que conociendo algo más del “escritor” se lee con más interés y se entienden mejor sus reflexiones.

Esto es lo que decía el prólogo de la serie de artículos que Jesús Asensio tituló como “Reflexiones de un profesor de Judo”, prólogo, donde de alguna manera contaba cómo había sido mi relación con el Judo, y el porqué de mi necesidad de escribir.

Y cómo ha pasado mucho tiempo y seguro que muchos no lo habíais leído, es por lo que me ha parecido indicado, incluir este prólogo en mis escritos actuales, ya que como digo unas líneas arriba, conociendo algo más del escritor, se lee con más interés y se entienden mejor sus reflexiones.