José Ángel Guedea Adiego
8º Dan de Judo

El Judo se aprende

Conforme empezamos a aprender y a practicar los movimientos de Judo, vamos afianzando algunos y notamos como otros, nos resultan más difíciles.

Observando a nuestro Profesor tratamos de imitar como los hace él. Es nuestro referente. Y dependiendo de su nivel y sus maneras, resultaran las nuestras. Llegaremos a hacer mejor o peor, pero sus formas nos marcarán para siempre. Y aunque se dice que, “el que a los suyos parece…”, lo que en verdad todos queremos, es hacer bien Judo.

Y, ¿qué es hacer bien Judo?
El Judo es un deporte tan complejo, como agradecido, y excepto en algunas técnicas que somos conscientes de que se nos “atragantan,” y nos cuestan más, todos nos creemos que lo hacemos bien.

Y con esa sensación de sabiduría, todos nos sentimos con la necesidad durante las sesiones, de corregir a nuestros compañeros, cuando observamos que algo que hacen ellos, no se adapta a lo que nosotros pensamos.

Es normal durante las sesiones ver como muchas veces alumnos nuestros, algunos sin un especial nivel, aunque seguro con buena voluntad corrigen a sus compañeros. Y es que, “la ignorancia es muy atrevida”.

Y quizá tengan razón, y con esos detalles que apuntan a sus compañeros, nuestros alumnos llegarían a hacer mejor cada movimiento, pero la progresión en Judo es como es, tiene su metodología, lleva su tiempo y su maduración, y aprendiendo un movimiento nuevo no se puede atender desde el principio a todos los detalles, que algunos quieren enseñar y compartir, liando en su aprendizaje al que bastante tiene con tratar de coordinar la acción de las piernas, los brazos, el cuerpo…

Es la preocupación del que quiere aprender, no del que quiere enseñar, lo que va hacer a cada uno, aprender y progresar. Decía Sergio Cardell: “El Judo no se enseña, el Judo se aprende”.

Todos llegamos a saber el programa de movimientos que tenemos que hacer para obtener cada grado.

Pero una cosa es saber que hay que hacer y como se hacen los movimientos, y otra llegar a hacerlos bien, con buena forma.

Y ¿qué es tener buena forma de Judo? Ser capaz de comunicar los movimientos mediante las acciones con nuestro cuerpo.

Hacer bien Judo, no es solo conocer y saber hacer los movimientos. No es hacerlos de cualquier manera. Hacer bien Judo se consigue repitiendo, preocupándose y estudiando los movimientos, hasta llegar a sentirlos y llegar a conseguir tener un cuerpo adaptado y sensible a las acciones y a los desplazamientos.

Seguro que no soy yo el más indicado para tratar este tema ya que llevo más de veinte años sin poder demostrar. ¿Cuándo te fallen las fuerzas que harás? Dijo mi madre el día que le comuniqué mi decisión de querer dedicarme a ser Profesor de Judo.

Y las fuerzas me “fallaron” a los 30 años de empezar a impartir clases de Judo, ya hace más de 20 años.

Pero pienso que, debido a la suerte que siempre tuve con mis Profesores, y de los Profesores y amigos de los que siempre me he rodeado, de todo lo que en su momento entrené, de todo lo que he viajado, y de lo que he podido y me he preocupado por ver y aprender, entiendo que, puedo reconocer el buen Judo, y darme cuenta de quién hace mejor, quien hace peor, quien hace bien y quien no hace tan bien.

Aunque, todos pensamos y creemos que hacemos buen Judo. Todos nos consideramos buenos y sabedores de cómo hay que hacer las técnicas. Todos creemos que lo hacemos bien. Algunos “recién llegados”, sin apenas nivel, se creen incluso capacitados para corregir a sus compañeros, dando razón a la frase expresada más arriba, “la ignorancia es muy atrevida”.

Piensan que, por haber descubierto unos videos en Internet, no siempre contrastados, pero que, por su nivel, les ha impactado, ya están en posesión de la verdad absoluta.

Y en vez de intentar estudiarlo, aprenderlo, practicarlo y entrenarlo, se dedican, desde su punto de vista, a corregir y participarlo.

Sin tener en cuenta que, “el Judo no se enseña, el Judo se aprende”.